Desde 2010 el fandango es Bien de Interés Cultural. Su capacidad de mutación y su diversidad le convierten casi en un género en sí mismo, en el que tienen cabida desde las expresiones más populares a las formas más refinadas. El reto de Sara Calero consiste en abordar ese estilo con un interesante afán de sincretismo estético.

Por un lado, Fandango Street es un ejercicio de exteriorismo: aunque buena parte de sus formas evolucionadas fueron concebidas para un ámbito de exclusividad palaciega, la bailarina las traslada al contexto abierto (el espacio de lo popular) despojando a la música y a la danza de todo elemento interior, ya sea escénico (teatral) o palaciego. Queda solo la esencia de la creación sin su referente espacial de suntuosidad.

Por otro, Sara Calero y Gema Caballero (directora musical de la Compañía) incorporan al espectáculo los modos del fandango más vinculados al origen y la evolución popular.Así, formas primitivas como los verdiales contrastan y conviven con la música sublime de los fandangos de Boccherini, Scarlatti o Antonio Soler.

Músicas y danzas que terminan formando un conjunto estético diverso pero armonioso en torno al fandango.

Así está concebido este espectáculo que desde su naturaleza cambiante va ocupando y adaptándose a distintos entornos como ha sido en las Ruínas de Santa María en el marco de los Clásicos de Alcalá, en la Plaza de las Pasiegas en el Festival de Música y Danza de Granada, en la Cava en el Festival de Olite en Navarra y en la Grand Place de Bruselas durante el Festival Folklorissimo.